GOBIERNO DE CALIDAD/ El oscuro mundo policiaco

Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista

La policía mexicana bajó los brazos. Ante un anquilosado sistema que desestima su función y minimiza recursos para generar su trabajo, una perniciosa política de “abrazos, no balazos” implantada en el sexenio anterior, sólo recrudeció los peligros que enfrenta aún en la nueva administración federal de continuismo.

El análisis de México Evalúa aporta evidencia que los policías enfrentan condiciones deplorables en su entorno laboral.

Veinte años después de la creación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las corporaciones aún no cumplen con sus obligaciones, dejan de lado incluso los requisitos mínimos establecidos por las leyes federales y locales.

El crecimiento, expansión y profesionalización de las fuerzas policiales municipales requiere un paquete mejorado y sólido de condiciones laborales. Resulta indispensable que las corporaciones cubran los beneficios laborales básicos establecidos por las leyes federales y un conjunto complementario de beneficios, según sus alcances y capacidades.

El estándar que se propone aquí sólo será alcanzable mediante el fortalecimiento de las finanzas públicas locales, el desarrollo de instrumentos financieros con colaboración del sector privado y la generación de procesos de coordinación y financiación multinivel.

Independientemente de las formas de financiamiento elegidas, lo más importante para lograr la sostenibilidad en el largo plazo es la creación de instrumentos que garanticen que los recursos se invierten en el mejoramiento de las condiciones de los policías, que sean transparentes, fiscalizables y que consideren las necesidades de seguridad de las comunidades mediante el fortalecimiento de sus policías.

Sin mejoras reales de las condiciones laborales de los policías y la debida planeación y diversificación financiera para su sostenimiento, a las policías municipales se dificultará el debido cumplimiento de sus funciones.

Apostar por la ampliación y robustecimiento de los beneficios laborales que merecen y requieren las corporaciones policiales a nivel municipal es un paso crucial en el proceso de fortalecimiento de las instituciones de seguridad locales.

Un camino alterno a la militarización de la seguridad pública, que debemos comenzar a recorrer para recuperar la paz en los territorios de nuestro país.