Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).
En México hasta el 70% del Producto Interno Bruto lo generan las empresas familiares, que enfrentan dos grandes retos: la profesionalización de la gestión y la sucesión.
Carso, Bimbo y Modelo, son ejemplos de empresas exitosas en nuestro país. Las tres responden a diferentes giros pero poseen cinco características comunes.
- Excelencia operativa central. Se distinguen por mantener una alta rentabilidad mientras sostienen un alto crecimiento de los ingresos. En otras palabras, tienen un crecimiento que genera valor. Aunque la excelencia operativa está en el centro del rendimiento empresarial, las palancas de creación de valor varían según sus arquetipos de gobernanza.
Ofrecen aproximadamente siete por ciento más de eficiencia de capital en comparación con la de otros. A medida que las familias asumen roles estratégicos y se alejan de los roles gerenciales, estas decisiones estratégicas y de capital llegan a diferenciar aún más a los de mejor desempeño de los demás.
- Transición efectiva de una generación a la siguiente. Más allá de la generación fundadora, la generación que lidera el negocio tiene un profundo efecto en el rendimiento sostenido. A medida que pasan las generaciones y crece la complejidad empresarial, es vital garantizar transiciones efectivas. Tener un punto de vista externo también ayuda a separar la perspectiva del propietario de la perspectiva del negocio.
Los estilos de liderazgo varían de la generación del fundador a la siguiente. Lo más probable es que esto se pueda atribuir a que las mentalidades y prioridades cambiaron después de la generación fundadora, lo que lleva a analizar la efectividad de las transiciones de una generación a la siguiente.
- Un portafolio diversificado para escalar el negocio. La diversificación en sectores no adyacentes es un factor clave para alcanzar una escala sustancial. Para escalar en tamaño, se debe tener una cartera altamente diversificada y asignar dinámicamente su capital a los nuevos negocios, regiones o canales más prometedores. A través de la mitigación de riesgos en la cartera y un mejor acceso a las oportunidades de expansión del mercado, la diversificación también garantiza la sostenibilidad a largo plazo.
- Talento, capacidades y cultura. Uno de los principales factores del éxito sostenido de las empresas es la salud organizacional, o cómo «administran el negocio». El talento, las capacidades y la cultura son los factores más importantes para impulsar la salud del negocio.
- profesionalización y robustecimiento de gobernanza. A medida que las empresas familiares maduran, la gobernanza puede volverse más compleja. Las firmas que alcanzan alto rendimiento utilizan un enfoque de gobernanza que regula empresa, propiedad y temas familiares. Esto evita demasiada o poca formalidad. Encuentran el equilibrio adecuado entre el gobierno familiar y el liderazgo profesional para permitir que las familias y los ejecutivos coexistan.
Esas son las semejanzas en el tercio de exitosas empresas familiares. ¿Podremos emularlas?